Hace diez años se comercializó
una diminuta cámara de vídeo a la que sus desarrolladores llamaron GoPro. Fue
diseñada para acompañar al usuario en su actividad, desde una aventura extrema,
hasta lo más convencional de su día a día. Ahora se les llama cámaras de acción
porque su potencial reside en la capacidad de captar el movimiento, como una
extensión del cuerpo del operador, pero aportando un nuevo punto de vista que
va más allá del plano subjetivo, un recurso tradicional del lenguaje
audiovisual.
Los rasgos principales de la cámara son: un tamaño muy reducido, un peso en torno a los
Los usuarios de esta tecnología están dando lugar a la generación de un nuevo ciudadano-realizador, apasionado por contar en primera persona sus experiencias personales; se trata de una comunidad internacional que, de manera informal, produce miles de vídeos diarios que se exhiben gratuitamente en YouTube. La plataforma de hospedaje se ha convertido en su ventana principal de proyección y en un aliado imprescindible que retroalimenta el éxito de las GoPro gracias a un público prosumidor de contenidos, seducido por la estética de un nuevo tipo de relato y atrapado por la novedad de un poderoso, pero también asequible, recurso tecnológico.
GoPro y YouTube son dos iniciativas empresariales que se han dado cita en ese lugar común que se llama Internet. Durante una década, ambas tecnologías han provocado una situación nueva en el panorama de la narración audiovisual. Aunque se trata de dos casos de éxito de la industria audiovisual dignos de tener en cuenta, su importancia trasciende a los beneficios económicos por el importante dinamismo que han inyectado en la producción de contenidos. Según la experta Vanessa Hand, en YouTube se publican tres vídeos por minuto grabados con una cámara GoPro, y eso a pesar del creciente uso de dispositivos móviles para tomar fotos y vídeos. Estas cifras son de vértigo para un recurso tan especializado con una cámara específica de vídeo; y establecen cierto paralelismo con el impacto que produjo, en 1884, el invento de la película fotográfica en rollo de George Eastman, que derivó en la legendaria Kodak, la primera cámara de fotos compacta con capacidad para cien fotografías. Si Kodak y la película en rollo popularizaron la fotografía, GoPro ha democratizado el llamado vídeo de acción.
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